Dedicando toda la vida a Dios en la oración

Monasterio San José en Soledad

No, no es nuestra vocación principal. Somos un Instituto apostólico y activo. Sin embargo, es muy interesante que nuestro Fundador quiso integrar en el Movimiento de Schoenstatt todo tipo de vocación que ha probado ser fecunda en la Iglesia. Y así pidió a las Hermanas de María, como también a los Padres de Schoenstatt, dar a sus miembros la posibilidad de vivir en comunidades contemplativas o incluso como ermitaños. Por un periodo limitado de tiempo o como su vocación de por vida.

En el presente, tenemos un pequeño monasterio con un padre viviendo ahí permanentemente, en Santiago de Chile. Se llama Monasterio San José en Soledad. Otros padres vienen regularmente para quedarse y rezar allí por un cierto periodo.

La Casa de la Adoración en el Monte Sión

En Alemania, donde comenzó este tipo de experiencia, los primeros cuatro llamados “Padres de la Adoración” aún son fieles a sus opciones, que comenzaron a vivir en 1970, cuando el Santuario de Sión fue construido. El más joven de los cuatro cumplirá 80 años este año, y el Instituto sabe que les debe mucho: ellos han estado rezando y manteniendo vivo el Santuario de Sión por décadas, ofreciendo incontables retiros y horas de confesión y acompañamiento espiritual, así como también ofreciendo su casa a quienes buscan silencio y una atmósfera de oración.

Junto a ellos, un quinto padre ha estado viviendo en el sector como ermitaño, una vocación que el mismo Fundador le confirmó personalmente.

Dos padres más jóvenes están dando ahora sus primeros pasos hacia la forma de vida contemplativa.