Ser Padre de Schoenstatt

Las principales directrices de nuestra formación fueron desarrolladas a partir de 1959, bajo la conducción de nuestro Fundador, el P. José Kentenich. Los primeros padres y estudiantes que estaban preparándose para formar nuestro Instituto, que en ese momento todavía no existía, pudieron evaluar su experiencia formativa en diálogo con el P. Kentenich. El objetivo de estas conversaciones era definir un curriculum que correspondiera a los desafíos que el Instituto tendría que enfrentar mientras recibían de los Padres Palotinos la responsabilidad principal por el Movimiento de Schoenstatt internacional.

El P. Kentenich solía señalar el Instituto de las Hermanas de María como el modelo en el cual él había integrado los principales principios de la pedagogía de Schoenstatt. Aparte de ello, la tradición de los jesuitas también fue una fuente fundamental tanto para el Fundador como para nosotros hasta el día de hoy.

Después de un período de casi treinta años en que todos los Padres de Schoenstatt hacían su formación en Alemania, el país de origen del Movimiento de Schoenstatt, ahora tenemos casas de formación en diez países.

Hacerse Padre de Schoenstatt es un tema de vocación. Esto significa que un claro llamado de Dios es necesario para empezar el camino de formación en nuestra Comunidad, como también la apertura para amar y servir a Schoenstatt en sus comunidades e instituciones.

Nuestra cruz es roja

En ella te vemos dando la vida y derramándola en el calíz que sostiene tu Madre y Compañera. ¡Tú has dado la vida! ¡Tú das la vida en cada instante! ¡Ahora y siempre!